Los finales felices no se inventaron para el fútbol. Son pocos los casos en los cuales, un entrenador
deja su cargo en un momento donde la realidad de su equipo le sonríe (habrá algún
caso que, lo único que hace, es actuar como aquella excepción que confirma la
regla).
Muchas cosas podría decir en
estos momentos: podría pasarme todo el puto post hablando de fútbol, de mi
humilde opinión sobre el presente del equipo. Si, podría…pero no. No es el
momento. Éstas palabras no tienen que ver con el fútbol, ni con el presente,
ni con el futuro.
Recuerdo como usted, Mauricio,
llegó al club: era la segunda vez que su nombre resonaba con fuerza por las
calles de mi ciudad para hacerse cargo del primer equipo. Un equipo, allá por
2013, que no era ni la sombra de lo que había sido unos años antes: últimos en
la tabla de posiciones, con el descenso comenzando a ser tema de conversación.
Usted y su grupo de colaboradores,
Mauricio, consiguieron que ese equipo renazca, lo levantaron del piso y le
dieron una entidad.
Allí sufrió la ida de Zapata, sin
dudas, una pieza fundamental. Pero en el plantel aparecieron nuevos valores.
Aparecieron porque usted les dio esa posibilidad: Rulli, Jonatan Silva, Leo
Jara reinventándose de lateral por derecha, Gil Romero, Correa, Guido. Y el
equipo siguió elevando su nivel. Tanto que comenzó a pelear en el lote de
arriba. Y otra vez las ventas (necesarias, inevitables quizás, no lo sé).Vinieron
nuevos jugadores: algunos se adaptaron y otros, lamentablemente, no, pero para
ese entonces, ese equipo que en 2013 estaba último, se encontraba jugando,
nuevamente, una competencia internacional. En el medio, surgió una mancha que
hoy día me cuesta superar por la forma en que se dio (la eliminación en Formosa
por Copa Argentina). Mas es totalmente justo decir que, Estudiantes de La
Plata, estuvo a la altura de las circunstancias en la Copa Sudamericana: la
eliminación en manos de River comprueba que los hinchas de Estudiantes de La
Plata no exigimos ganar, no Mauricio, exigimos que se agoten todas y cada una
de las posibilidades para ganar, exigimos trabajo, sacrificio y reflexión para
encontrar la mejor forma, la que más nos acerque a ganar. Por eso ese equipo,
su equipo, estuvo a la altura de la competición, aquella vez.
Lo que va de este año no ha sido
bueno, todos lo sabemos: se fue Correa, vinieron muchos jugadores con cierto
nombre que aun no han colmado las expectativas (no han llegado los refuerzos
necesarios, un arquero titular y un central de nivel y en plenitud, permítame la
opinión, llegaron jugadores para un salto de calidad pero nos faltan piezas
básicas, quisimos correr en fórmula 1 sin casco y con poca nafta), varios
lesionados, un calendario apretado, una sucesión de resultados negativos. La
falta de respuesta de los jugadores es evidente y la desconexión con la
dirigencia también, usted mismo lo ha dicho. Seguramente hará un balance e
identificará errores: yo tengo mi opinión al respecto, creo que ha tenido algunas
fallas, pero no tengo ganas de que estas líneas vayan hacia esa dirección.
“En la vida hay que ser Docente y Decente. Tener el valor de tener
valores”…esas palabras, las oí, hace un par de años, de la boca de uno de
nuestros más grandes referentes (Alejandro Sabella).
Déjeme decirle, Mauricio, que usted ha honrado
el puesto que ocupó durante estos dos años. Déjeme decirle también, que me he
sentido representado por sus formas y sus palabras: usted ha sido un ejemplo
fiel de lo que pretendo para un director técnico de Estudiantes de La Plata. Y no
hablo de futbol ¡A la mierda con el futbol! Hablo del profesionalismo y del
respeto que tuvo hasta el último día, hasta hoy. Usted ha sido Docente y
Decente, Mauricio.
Ojala que mi amado club,
encuentre un entrenador que este a la altura del puesto que ocupará.
Ojala que usted, y su gente,
puedan encontrar un club donde puedan seguir demostrando seriedad,
profesionalismo y honestidad.
Gracias Mauricio, de corazón,
lamentablemente este paso suyo no tuvo un campeonato, pero es una falacia
absoluta eso de que “si no se gana no sirve”. Hizo mucho para ganar, con
errores y virtudes, y eso, este humilde pincha, no lo olvidará.
Éxitos, esos que se merecen los
buenos tipos como usted, Mauricio.
7 Abrazos!
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