miércoles, 22 de abril de 2015

A Octavos como sea

Pase a octavos. Victoria. Arco en cero.

Para nada despreciable, la trilogía que experimentó Gabriel Milito, el día de su debut como Director Técnico del primer equipo de Estudiantes de La Plata.

Lejos de haber deslumbrado, el equipo mostró algunas señales positivas y otras cuestiones un tanto inquietantes que durante estos días, sin competición oficial, deberán empezar a ser solucionadas por el cuerpo técnico.

Primer Tiempo: Tiki taka.

Por estos días, cuando se lo menciona a Milito, se hace casi imposible no escuchar, en la misma oración, el apellido Guardiola, y es lógico: el español ha sido uno de los grandes entrenadores que lo ha dirigido. Entonces, no seamos menos, y citemos a Pep:

 "En todos los deportes de equipo el secreto es cargar mucho un costado para hacer que el contrario bascule. Cargar mucho y atraer al contrario para que deje libre el costado débil. Y cuando hemos conseguido cargar y atraer, entonces debemos resolver con el costado opuesto. Por eso hay que pasar el balón. Sí, pero con intención. Pasarlo para cargar, para atraer u para resolver por el opuesto. Nuestro juego ha de ser eso y no el tiquitaca”. (Declaraciones de Guardiola a Marti Perarnau, autor del libro Herr Pep y dueño del sitio www.martiperarnau.com).

Posesión con sentido. No porque sí, y no siempre. Posesión, con sentido, cuando nuestro equipo esta preparado para ello. Movimientos sin la pelota, cuando nuestras mejores fortalezas se encuentran en la verticalidad y el juego directo. Pragmatismo. Defensa alta cuando estamos física, mental y técnicamente preparados para hacerlo. Defensa cerca de nuestro arco si contamos con los jugadores adecuados. Pragmatismo.

Estudiantes de La Plata ofreció una disposición táctica que no lo favoreció en el primer tiempo: una línea de cuatro defensores, con Desábato ( de bajísimo nivel, errático, lento, muy mala actuación) y Domínguez como centrales; un mediocampista “tapón” (Israel Damonte, tambien muy flojo); cuatro mediocampistas por delante del tapón (Cerutti por izquierda, Auzqui por derecha, Gil y Acosta interiores); Carrillo de nueve de área.

La visita identificó el dibujo y detectó cuales eran las falencias: libertad a los centrales y Damonte, achicamiento de los espacios de mitad de cancha hacia atrás.

Entonces, apareció el tiki taka (o tiki tiki, que es asesinado por el bidón, claro). Domínguez a Desabato, Desabato a Domínguez, Domínguez a Hilario, Hilario a Damonte, Damonte a Desabato…y así se nos fueron los primeros cuarenta y cinco minutos. Carrillo aislado, Cerutti condenado a la soledad de la banda izquierda, posición que no le sienta bien, que no le permite ser explosivo y desequilibrante, Acosta impreciso, recibiendo de espaldas al arco y errando cuanto pase intentaba. Posesión por la posesión misma. Un equipo inofensivo. No hay equipo más inofensivo que el que tiene la pelota para no atacar. Eso fue Estudiantes de La Plata el primer tiempo. El equipo local no inquietó porque se dedicó a juntar sus líneas y tratar de esperar una oportunidad para contragolpear. Ese contragolpe tampoco llegó, pero no sufrió sobresaltos defensivos.

Segundo Tiempo: de todo un poco.

Si hay algo que debemos resaltar, es que el equipo, luego de ese primer tiempo apático, cambió su actitud: los jugadores entendieron el mensaje o el técnico lo modificó, no lo sabemos. Lo que sí sabemos es que el equipo fue otro. Para bien y para mal.

Los avances ya no eran lentos, previsibles y con exceso de pases horizontales. Ataque mas directo, con Cerutti cerca del vértice del área, Acosta de frente al arco y una buena sociedad de Aguirregaray (el mejor del partido) con Auzqui por derecha. Pero esa decisión de ataque directo, que devino en una mayor cantidad y calidad de ocasiones de gol, desnudó los serios problemas defensivos que tiene este equipo: cada pelota perdida en el mediocampo (mayormente por imprecisiones en los pases en zonas peligrosas), dejaba a los ecuatorianos de cara a una ocasión con probabilidad de gol. El retroceso de Damonte y Gil era defectuoso y los centrales no achicaban líneas, con lo cual se ofrecía un gran espacio entre la línea media y la defensiva. Es necesario que esto se corrija de manera rápida porque si ayer no se tradujo en gol fue pura y exclusiva responsabilidad del rival: los de Guayaquil tuvieron oportunidades claras para abrir el marcador (como también las tuvo Estudiantes de La Plata) y fallaron, afortunadamente.

Teniendo en cuenta el resultado que se estaba dando en Colombia (cómoda victoria de Atlético Nacional de Medellín sobre Libertad de Paraguay), el planteo propuesto estaba mas cerca de la locura que de la racionalidad: el equipo asumía riesgos innecesarios, para esa altura de los acontecimientos; mucho mejor hubiera sido apostar por un juego ahora sí mas horizontal, con mayor tenencia, que permita encontrar a la defensa mejor parada.

Así las cosas, un pase de Acosta llega a los pies de Carrillo, que es derribado dentro del área: penal a favor y expulsión del central local. A pesar de que el penal no se convirtió en gol (Carrillo lo ejecutó al medio, levemente hacia la izquierda del arquero que estiró su mano y detuvo la pelota) el partido cambió definitivamente: Estudiantes de La Plata, lejos de sentir el golpe, siguió atacando pero con menos frenesí y mayor conciencia de que un gol en contra lo dejaba fuera de combate. El rival ya no se replegaba eficientemente y mucho menos salía de contra con la frescura de los primeros minutos de ese segundo tiempo.

Con algo más de diez minutos por jugar, Acosta captura un rebote y marca el uno a cero. Alivio. Clasificación y victoria que lo ubica a Estudiantes de La Plata en una mejor posición con respecto a lo que hubiese pasado si empataba. Ya en el final, encontrando la revancha, Carrillo convierte el segundo gol, tras una jugada que hoy es un gran tema de conversación: la jugada se inicia en el sector defensivo donde se realizan 25 pases, la pelota llega a la zona media donde se llevan a cabo 12 pases, para derivar en la zona ofensiva, en la cual, luego de 4 pases, Carrillo marca el gol. Un poco de todo, una metáfora de lo que fue el partido para Estudiantes de La Plata: tiki taka defensivo (25 pases para pasar al mediocampo), tenencia horizontal del centro hacia la izquierda en el medio, explosión en el ataque.

¿Que somos?

Pero ¿Por qué es tan conversado este gol? Porque se relaciona con la anterior entrada, con Milito, con los prejuicios y con una concepción, errada creo yo, de lo que realmente significa ser pragmático.

“Que raros se deben sentir los hinchas de Estudiantes después de ver ese gol, con tantos pases” chicanean varios periodistas, enemigos. Pero eso no es lo realmente llamativo, uno puede esperar que un enemigo tergiverse la historia y venda que Estudiantes de La Plata es, siempre y exclusivamente, pelotazos, patadas, defensa cerca del arquero propio, desprecio por el ataque. Ahora, que un propio hincha de Estudiantes se sienta incómodo porque su equipo hizo un gol…ya estamos en problemas.

Estudiantes de La Plata no es pelotazo ni pelota al pie, no es patadas ni caños, no es defensa bien arriba o sobre la línea de meta, no es defensa exclusiva ni ataque idiota: Estudiantes de La Plata es lo necesario para ganar. Y que un contra no recuerde o esconda equipos como Los Profesores, lo podemos aceptar. Que un tipo que nos odia no reconozca el juego de “Madero-Conigliaro-Veron (p)” esta dentro del libreto. Que ese tipo no mencione a “Sabella-Ponce-Trobbiani” o a “Veron-Sosa-Benitez-Fernandez” es esperable, porque no aporta a su direccionamiento, absolutamente intencional, de mostrar solo una parte (que nos enorgullece tanto como ésta). La que a ellos los ofende, la que no les gusta o juzgan de fea, indigna, vil. Yo puedo esperar que un enemigo haga eso, pero que uno que comparte tribuna conmigo lo haga, me hace ruido ¿compramos el pescado podrido que nos vendieron ellos? ¿Nos terminamos convenciendo que nosotros jugamos de una manera y ellos de otra? La Escuela de Estudiantes de La Plata no tiene una manera, tiene un objetivo (GANAR) y hará lo que tenga que hacer para lograrlo. La Escuela de Estudiantes de La Plata es pierna fuerte cuando hace falta y toque cuando lo pide el partido. Es pelotazo si defiende Shunke y pase elegante si lo hace Madero. Es marca asfixiante de Braña y gambeta de Sosa. Es pegada de Ponce y barrida de Alayes. Estudiantes es TODO lo que tenga que ser para ganar. No comentamos el error de despreciar cierta manera de jugar porque el de enfrente la tiene como SU manera (la única que, según el, DEBE practicarse). Nosotros tenemos un objetivo y mil maneras. Todas las que se nos ocurran.

Aún no puedo decir que Milito sea pragmático, porque un partido, con tan poco tiempo de conocimiento y trabajo, no es medida para ello. Pero tampoco puedo decir que no lo es: eligió una táctica y una estrategia errada en el primer tiempo, que mejoró en el segundo pero que desnudó falencias que, si no se corrigen, serán las que provoquen derrotas. Para que eso último no ocurra, lo único que tenemos es el trabajo (“La única verdad es trabajar” OZ).

El tiempo nos dirá qué entrenador tenemos sentado en el banco. Esperemos que sea de esos que eligen las formas teniendo en cuenta los recursos propios, los ajenos y el contexto, en pos del único objetivo. Ojala que sea pragmático.

Mientras tanto, nos vamos a seguir viendo con vos, hermosa y amada Copa. A octavos Estudiantes de La Plata. A Mejorar. De la forma que nos lleve a la victoria.



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