viernes, 20 de marzo de 2015

Partido de Copa

Trabajosa victoria. Necesaria y trabajosa victoria. Necesaria porque Estudiantes de La Plata no podía darse el lujo de no sumar de a tres de local. Trabajosa por unas cuantas razones.

Destaquemos al rival, porque enfrente siempre hay un rival (a veces más de uno, en ocasiones se juega contra el equipo que se cambia en el vestuario contiguo, pero además contra nuestros propios miedos, limitaciones, la presión que ejerce el entorno y unas cuantas cosas mas). Pero en este caso, el rival de carne y hueso fue una dificultad real: un equipo (Libertad de Paraguay) con jugadores de experiencia, acostumbrados a jugar competencias internacionales, buenos jugadores (como el arquero, los centrales y los dos delanteros, como para mencionar a algunos) y un cuerpo técnico que sabe cómo deben plantearse esta clase de partidos. Lejos de achicarse por su condición de visitante, Libertad planteó un partido de igual a igual, una disputa codo a codo en la mitad de la cancha, sin retrasarse por inercia o temor, sin regalar la tenencia de la pelota. El equipo paraguayo presionó de manera excelente la salida de Estudiantes de La Plata: Rorro López (señor delantero) encima de Domínguez (se lo vio muy lento y con alguna dificultad en la rodilla que viene siendo la causa de sus ausencias) y dos extremos (uno de ellos una gran aparición: Trellez. Anotémoslo) sobre Pereira y Aguirregaray. El único que tenía un poco de libertad para salir con la pelota en sus pies era el que menos se destaca por ese primer pase a la línea de medios (Shunke, quien fue el más regular de una defensa floja. Ya llegaremos). Un mediocampo batallador y con buen trato de pelota y una defensa aguerrida que estaba preparada para sacar todo lo que venía por abajo y por arriba. En fin. Un rival con todas las letras.

Ante ese escenario, Estudiantes de La Plata comenzó insinuando buenas intenciones que sólo quedaron en eso: una pequeña ráfaga de diez o quince minutos iniciales. La disposición de los medios por fuera (Jara por izquierda y Sánchez Miño por derecha) no generó el efecto deseado: que los medios se cierren buscando un remate desde afuera del área, dejando el carril para las proyecciones de los laterales (fijados por los extremos rivales, como se dijo). El DT tomó nota de esto y cambió el plan: ataquemos por afuera con los medios y su pierna hábil lista para un centro. Tampoco resultó: el equipo no tenía chispa, no encontraba un cambio de ritmo, todo se hacía a la misma velocidad, escaseaban los pases entre líneas. La monotonía del partido se rompió con una jugada que hizo estallar a los protagonistas y a los hinchas: un jugador de Libertad cae, presuntamente lesionado, un compañero tira al lateral la pelota para que lo asistan y en la reposición Álvaro Pereira decide no devolverla. Los visitantes se abalanzaron sobre Palito, que no entró en la discusión y la tribuna estalló, se sacudió la modorra del partido, pero estaba muy cerca el final de ese primer tiempo. Allí había un mensaje: o reaccionamos o esto termina en un empate, con suerte.

En el inicio del segundo tiempo, el ritmo del partido nuevamente bajo en su intensidad y allí la modorra la tuvo que sacudir el banco local: Acosta por Damonte fue el cambio que, quizás tarde (mejor tarde que nunca), Pellegrino dispuso para intentar torcer el rumbo. Y el cambio de nombres trajo consigo un cambio posicional: Sánchez Miño dejó la banda izquierda y se ubicó de mediocentro, al lado de Gil (Acosta ocupó el lugar de Sánchez Miño). Me animaría a decir que ese cambio posicional fue más importante que el cambio de nombres. Mientras esto pasaba, Hilario demostraba que es el arquero titular: evitó el gol de R. López de una manera brillante, sin dudas una atajada clave. Su defensa no lo acompañaba demasiado: los centrales perdían de arriba y no brindaban seguridad por abajo, un sector de la cancha que evidentemente deberá mejorar para que el equipo pueda trascender. Pero retomemos. Sánchez Miño por el centro se sintió más cómodo, más protegido, con menos metros que recorrer a la hora del retroceso, sin problemas de perfil para entregar la pelota. Gil se dedicó a raspar (o siguió raspando, el rendimiento del ex Olimpo es para destacar, un despliegue admirable y un aporte futbolísticamente vital). Y aquí debemos ser absolutamente justos: otro de los cambios que Pelegrino dispuso (incluso antes que el de Acosta por Damonte) fue la inclusión de Auzqui por el lesionado Jara (no termina de adueñarse de la banda derecha). Quien lee este espacio o ha compartido, con quien escribe, alguna charla, sabe que Auzqui no está ni cerca de mis preferidos. El miércoles se ganó la titularidad: porque no hay actualmente un jugador que esté jugando mejor que él (Jara está desarrollando flojos partidos) y porque a la entrega que lo caracteriza, el miércoles le agregó simpleza. Bien abierto por la derecha, se dedicó a desbordar y centrar (no siempre bien, pero quedémonos con el concepto). Acosta por la otra banda también aportaba lo suyo: desmarque, alguna gambeta, toque corto. Sin deslumbrar a nadie, le dio otro enfoque al ataque. Carrillo estuvo muy bien marcado por los centrales paraguayos. Salvo una vez. Cerutti…Cerutti es cosa seria, es un gran jugador, picante, habilidoso, con buena pegada y gambeta. Intentó siempre, fue vertical, pero el gol no lo tuvo como protagonista.

Libertad quiso comenzar una contra que Sánchez Miño, por el centro, corta en el momento oportuno, agarrando a la defensa rival saliendo. El pase para Auzqui es justo para que no necesite más que tirar el centro al corazón del área. Ahí estaba el goleador que había tenido un partido flojo…pero el goleador la paró, se dio vuelta y 1 a 0. A otra cosa.

Con el resultado a favor, el ingreso de Gil Romero por Cerutti le dio mayor contención al medio y terminó por cerrar un partido de los más difíciles que ha jugado Estudiantes de La Plata.

Luego de la próxima fecha por el torneo local contra Banfield, el plantel podrá contar con un par de semanas sin competencia internacional que deben servir para ajustar algunas cuestiones claves como la defensa y el volumen de juego: Estudiantes de La Plata ofrece una rescatable actitud, pero necesita ser más consistente en el juego y quizá la clave para ello sea resignar un mediocentro de marca y colocar allí a un jugador con mejor trato de pelota, que pueda unir la línea defensiva con la ofensiva, que conduzca los ataques y facilite las transiciones (podría hacerlo Román Martínez, hoy lesionado; Sánchez Miño definitivamente creció cumpliendo ese rol; quizá pueda aparecer Jara allí). En cuanto a la defensa, es evidente que el plantel cuenta con poco recambio en la zona central (tres centrales, dos con más de 35 años y la posibilidad de Pereira) y además, también queda claro que los pocos que hay no están pasando su mejor momento (de manera sorpresiva el más regular de los tres es Shunke, quien a priori era número puesto para el banco). A Desábato le está costando el arranque, como es habitual y a Domínguez se lo ve falto de ritmo a causa de la lesión que lo marginó por un par de partidos del equipo. Es de esperar que, con el descanso en la Copa, puedan recuperar su mejor forma física y lograr levantar el nivel futbolístico.

Estudiantes de La Plata ganó un partido dificilísimo, que lo deja muy bien posicionado de cara a la posible clasificación para octavos de final, mas teniendo en cuenta la victoria de Barcelona de Ecuador en Colombia. Pero aun está lejos de ser un equipo sólido. Para alcanzar un mejor nivel deberá aprovechar estas semanas de descanso copero si es que aspira a trascender. Trabajar, trabajar, trabajar. No hay secretos.


7 abrazos!

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