viernes, 13 de marzo de 2015

Obligado

Equilibrio. Autocritica. Trabajo.

Estudiantes de La Plata perdió en condición de visitante a manos de Libertad de Paraguay por la tercera fecha de la Copa Libertadores de América. Cosecha 5 puntos tras la primera ronda de partidos del grupo. Los números no son para nada despreciables: victoria en casa, empate en Colombia, derrota en Paraguay.

¿Por qué entonces el hincha se  encuentra preocupado?

Habría que comenzar a responder a esta pregunta mirando los últimos resultados: derrota contra CASLA por el torneo local y la mencionada caída en tierras paraguayas. Pero no solo eso: la preocupación tiene sustento a partir del rendimiento mostrado por el equipo en esas dos actuaciones.

Ahora bien, no contextualizar nos puede llevar a equivocarnos, a creer que somos mas de lo que somos o quizás menos. Todo suceso esta atravesado por un contexto y no entender eso es peligroso.

Estudiantes de La Plata comenzó el lunes frente a CASLA la tan polémica rotación. Necesaria a la luz del cansancio que venían evidenciando los que, podríamos decir, son titulares. Sumémosle, además, una serie de lesiones que llevaron a que el DT termine poniendo en cancha un once inicial nunca antes utilizado. Desde aquí ya mencionamos lo complicado que puede ser comenzar con una rotación constante, sin sostener una base de jugadores que mantengan un patrón de juego: ya hemos sufrido esto el semestre pasado. Actualmente el plantel es mucho más amplio en cantidad y calidad. El DT tiene la posibilidad de armar dos equipos base de siete u ocho jugadores distintos y rotar a unos pocos. Sin dudas que la prioridad la debe tener la Copa Libertadores, por peso especifico y porque este torneo local es anual, con lo cual, concede algunas revanchas adicionales que la Copa no tiene entre sus planes.

Hilario, Domínguez, Desabato, Jara, Damonte, Gil, Carrillo, Cerutti…nombres que uno entiende que son considerados titulares y podrían ser la base para jugar la Copa.

Rosales, Shunke, Delgado, Acosta, Gil Romero, Sanchez Miño, Auzqui tranquilamente podrían ser los nombres repetidos en el torneo local para esta primera parte del año.

En ninguno de los equipos mencione a Pereira porque demuestra que tiene capacidad física para jugar todo el tiempo. Y ese es otro punto. La queja por la queja misma. “No puede ser que jugadores profesionales no puedan jugar miércoles y domingo”. Evidentemente, si puede ser. Y las razones han de ser muchas, pero ¿eso importa hoy? ¿Es realmente relevante lamentarse por la incapacidad de los jugadores para aguantar ese ritmo, cuando es una realidad y la competición no espera a nadie? Porque mientras nosotros nos quejamos los partidos se siguen jugando. Entonces ¿vamos a seguir perdiendo el tiempo quejándonos o vamos a tratar de buscarle una solución? Este, definitivamente no es el tiempo de querer cambiar esta problemática. Por más que nos quejemos, los jugadores van a seguir sin capacidad para jugar miércoles y domingo. No digo que sea un debate que no se deba dar, digo que hay que tener sentido de la oportunidad.

Con el calendario pasa lo mismo. Desde que Boca le ganó en Mar del Plata a Vélez todos sabíamos que se venia una seguidilla de partidos importante: lo sabíamos los hinchas, lo sabia la prensa, los jugadores y el Cuerpo Técnico. ¿Vamos a quejarnos del calendario? ¿Lo van a cambiar por eso? No. Que lo tengamos en cuenta para analizar rendimientos y resultados, es una cosa. Que sea una excusa, otra distinta.

Vayamos al partido de ayer.

Los protagonistas reconocieron que el equipo no tuvo chispa, no generó peligro ni reacción ante la adversidad. El primer tiempo lo tuvo defendiendo muy cerca de Silva que atajó todo lo que le tiraron. En el segundo tiempo, cuando parecía que el medio de la cancha ya no era propiedad exclusiva del rival y que había un adelantamiento de líneas, se produce un grosero error individual de Desabato que sentencia el partido. Y lo sentencia porque podrían seguir jugando hasta hoy sin que Estudiantes de La Plata generara peligro en el arco rival. Eso preocupa: no haber visto una estrategia colectiva y rendimientos individuales acordes a la competición y a las expectativas.

¿Cómo mejorar esta magra imagen?

Equilibrio, para no creer que esta todo perdido por dos derrotas consecutivas. El mismo que habrá que tener si los resultados acompañan para no creerse más de lo que somos: Estudiantes de La Plata tiene un puñado de buenos jugadores, muy buenos algunos, pero hoy no conforman un equipo sólido, confiable, consistente, homogéneo. Puede llegar a hacerlo porque hay material, pero necesariamente deberá transitar un camino no siempre corto y fácil.

Autocrítica, para identificar errores individuales, rendimientos por debajo de lo esperado y errores colectivos, estratégicos y tácticos.

Trabajo, para corregir esos errores, para generar sentido de pertenencia, espíritu de superación.

Estudiantes de La Plata está vivo, sufrió un tropiezo y tiene la obligación de levantarse.


 7 abrazos!

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