Equilibrio. Autocritica. Trabajo.
Estudiantes de La Plata perdió en condición
de visitante a manos de Libertad de Paraguay por la tercera fecha de la Copa
Libertadores de América. Cosecha 5 puntos tras la primera ronda de partidos del
grupo. Los números no son para nada despreciables: victoria en casa, empate en
Colombia, derrota en Paraguay.
¿Por qué entonces el hincha se encuentra preocupado?
Habría que comenzar a responder a esta
pregunta mirando los últimos resultados: derrota contra CASLA por el torneo
local y la mencionada caída en tierras paraguayas. Pero no solo eso: la
preocupación tiene sustento a partir del rendimiento mostrado por el equipo en
esas dos actuaciones.
Ahora bien, no contextualizar nos puede
llevar a equivocarnos, a creer que somos mas de lo que somos o quizás menos.
Todo suceso esta atravesado por un contexto y no entender eso es peligroso.
Estudiantes de La Plata comenzó el lunes
frente a CASLA la tan polémica rotación. Necesaria a la luz del cansancio que venían
evidenciando los que, podríamos decir, son titulares. Sumémosle, además, una
serie de lesiones que llevaron a que el DT termine poniendo en cancha un once
inicial nunca antes utilizado. Desde aquí ya mencionamos lo complicado que
puede ser comenzar con una rotación constante, sin sostener una base de
jugadores que mantengan un patrón de juego: ya hemos sufrido esto el semestre
pasado. Actualmente el plantel es mucho más amplio en cantidad y calidad. El DT
tiene la posibilidad de armar dos equipos base de siete u ocho jugadores
distintos y rotar a unos pocos. Sin dudas que la prioridad la debe tener la
Copa Libertadores, por peso especifico y porque este torneo local es anual, con
lo cual, concede algunas revanchas adicionales que la Copa no tiene entre sus
planes.
Hilario, Domínguez, Desabato, Jara, Damonte, Gil,
Carrillo, Cerutti…nombres que uno entiende que son considerados titulares y podrían
ser la base para jugar la Copa.
Rosales, Shunke, Delgado, Acosta, Gil Romero,
Sanchez Miño, Auzqui tranquilamente podrían ser los nombres repetidos en el torneo
local para esta primera parte del año.
En ninguno de los equipos mencione a Pereira
porque demuestra que tiene capacidad física para jugar todo el tiempo. Y ese es
otro punto. La queja por la queja misma. “No puede ser que jugadores
profesionales no puedan jugar miércoles y domingo”. Evidentemente, si puede
ser. Y las razones han de ser muchas, pero ¿eso importa hoy? ¿Es realmente
relevante lamentarse por la incapacidad de los jugadores para aguantar ese
ritmo, cuando es una realidad y la competición no espera a nadie? Porque mientras
nosotros nos quejamos los partidos se siguen jugando. Entonces ¿vamos a seguir
perdiendo el tiempo quejándonos o vamos a tratar de buscarle una solución?
Este, definitivamente no es el tiempo de querer cambiar esta problemática. Por más
que nos quejemos, los jugadores van a seguir sin capacidad para jugar miércoles
y domingo. No digo que sea un debate que no se deba dar, digo que hay que tener
sentido de la oportunidad.
Con el calendario pasa lo mismo. Desde que
Boca le ganó en Mar del Plata a Vélez todos sabíamos que se venia una
seguidilla de partidos importante: lo sabíamos los hinchas, lo sabia la prensa,
los jugadores y el Cuerpo Técnico. ¿Vamos a quejarnos del calendario? ¿Lo van a
cambiar por eso? No. Que lo tengamos en cuenta para analizar rendimientos y resultados,
es una cosa. Que sea una excusa, otra distinta.
Vayamos al partido de ayer.
Los protagonistas reconocieron que el equipo
no tuvo chispa, no generó peligro ni reacción ante la adversidad. El primer
tiempo lo tuvo defendiendo muy cerca de Silva que atajó todo lo que le tiraron.
En el segundo tiempo, cuando parecía que el medio de la cancha ya no era
propiedad exclusiva del rival y que había un adelantamiento de líneas, se
produce un grosero error individual de Desabato que sentencia el partido. Y lo
sentencia porque podrían seguir jugando hasta hoy sin que Estudiantes de La
Plata generara peligro en el arco rival. Eso preocupa: no haber visto una
estrategia colectiva y rendimientos individuales acordes a la competición y a
las expectativas.
¿Cómo mejorar esta magra imagen?
Equilibrio, para no creer que esta todo
perdido por dos derrotas consecutivas. El mismo que habrá que tener si los
resultados acompañan para no creerse más de lo que somos: Estudiantes de La
Plata tiene un puñado de buenos jugadores, muy buenos algunos, pero hoy no
conforman un equipo sólido, confiable, consistente, homogéneo. Puede llegar a
hacerlo porque hay material, pero necesariamente deberá transitar un camino no
siempre corto y fácil.
Autocrítica, para identificar errores
individuales, rendimientos por debajo de lo esperado y errores colectivos, estratégicos
y tácticos.
Trabajo, para corregir esos errores, para
generar sentido de pertenencia, espíritu de superación.
Estudiantes de La Plata está vivo, sufrió un
tropiezo y tiene la obligación de levantarse.
7 abrazos!
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