jueves, 13 de noviembre de 2014

Un planteo Sabelliano

“Estudiantes de La Plata hoy tendrá que hacer el mejor partido en mucho tiempo para poder conseguir eso que casi nadie cree que pueda hacer. Tendrá que dar el máximo de sus posibilidades en cada centímetro de esa enorme cancha.”

Lamentablemente paso una semana después de lo deseado. Aunque siempre, mejor tarde que nunca. Uno es un eterno inconformista en definitiva. Pero valoremos esto que pasó.

Estudiantes de La Plata ganó en el Monumental. Cortó una larguísima racha de partidos sin perder del equipo riverplatense en su mismísima casa. Una vez mas, Estudiantes de La Plata dio la nota, como para incluir una página mas en el libro “Razones para odiar a Estudiantes”, libro que ya debe ir por el enésimo tomo, lo cual nos enorgullece.

Yendo estrictamente a los noventa y siete minutos jugados ayer (dos adicionados en el primer tiempo y cuatro mas uno en el segundo tiempo) hay que volver a decir lo que dijimos hace una semana: planteo perfecto desde el punto de vista estratégico. Estudiantes de La Plata expuso, ante el mundo futbolístico, cómo se le debe jugar a este River (y Vélez tomó nota): presión alta, ataque profundo y lo más vertical posible, ahogo a los centrales, marca pesada a Rojas y Pisculichi, transito rápido en el mediocampo, centrales pegados a los delanteros. La diferencia con la vuelta de la Copa Sudamericana no fue solo el resultado: Estudiantes de La Plata logró la solidez defensiva que se necesita para ganarle un gran equipo y este River, es un gran equipo. Para ganarle al equipo de Gallardo hay que ser eficiente (eficacia mas efectividad) en ataque y sólido en defensa. Y Estudiantes de La Plata fue mas lo segundo que lo primero, porque tuvo chances para cerrar el partido y no las concretó (Correa y Auzqui en el segundo tiempo tuvieron ese gol que hubiese sido tranquilizador).

En el primer tiempo Estudiantes de La Plata fue decididamente en busca de abrir el marcador: juego vertical, por las bandas, buscando en el centro a esos dos delanteros tremendos que tiene Pellegrino (Carrillo y Vera son los primeros defensores, como le gusta decir a Alejandro Sabella). Y el gol llegó mas temprano que tarde, porque el que busca generalmente encuentra o, al menos, tiene mas probabilidades de encontrar: Cerutti, demostrando que tiene condiciones de titular, desbordó por la derecha, tiró un centro venenoso y entre Barovero y Vera hicieron el resto. El equipo sostuvo la intensidad hasta los últimos quince minutos de esa primera parte, en donde el cansancio, el marco y el rival, hicieron que se empiece a defender más cerca de Hilario Navarro. Pese al retroceso, River no pudo generar una chance clara de gol, solo un tiro libre desde muy lejos, muy bien ejecutado por Pisculichi. El gran déficit de ese primer tiempo fue la contención en el mediocampo: Leo Jara y Prediger no hacían pie y era algo que podía pasar, ya que el planteo atentaba contra la protección de esa zona del campo, se jugaba mas cerca de las áreas que del circulo central, los mencionados medios-centro quedaban expuestos y su rendimiento individual no ayudaba ( antes de seguir quisiera hacer una defensa innecesaria a Leo Jara: juega de lateral, de mediocampista central o por la derecha, siempre con la misma intensidad, ayer con imprecisión si, pero siempre con la actitud que un jugador de Estudiantes de La Plata debe tener. Prediger hizo casi todo mal, con expulsión infantil incluida. Acertó en dos quites claves, es justo decirlo, en el segundo tiempo. Pero es muy poco, debe mejorar muchísimo su rendimiento).

El segundo tiempo es para guardar en la gran biblioteca. Un planteo Sabelliano. Y aquí me detengo. Los planteos no son buenos o malos según el resultado, es una mentira eso de que “si se gana el planteo fue bueno, si se pierde el planteo fue malo”. No. Lo que se explica a partir del resultado es la superioridad de un equipo por sobre otro, no el planteo táctico-estratégico. Que generalmente un buen planteo deviene en un buen resultado es indiscutible. Pero el planteo puede ser bueno y las individualidades pueden hacer que el resultado sea otro, por aciertos o errores, por jerarquía individual o por desatención colectiva. El ejemplo mas reciente es el del jueves de la semana pasada, por copa sudamericana: Estudiantes de La Plata logra el resultado, gracias a un buen planteo y errores individuales de los centrales hacen que el resultado se de vuelta. Ningún técnico puede defender por sus jugadores. Sí puede colocarlos de tal o cual manera en la cancha. Y eso estaba bien. Fallos individuales atentaron contra un buen planteo. En el segundo tiempo de ayer se mancomunaron el buen planteo y el rendimiento individual. Y retomo el concepto “planteo Sabelliano” que podría ser Bilardiano o Zubeldiano, pero elegimos Sabelliano porque ayer me pareció ver cosas del gran campeón del 2010 en este punto: River jugó a lo que Estudiantes de La Plata quiso que juegue en ese segundo tiempo. Tal es así, que no generó una sola jugada clara de gol (solo Pisculichi, como en el primer tiempo, inquietó con un tiro desde afuera). Lo llevó al embudo, a tirar centros que, ayer si, fueron rechazados todos y cada uno de ellos por nuestros defensores. Corrió el riesgo de defenderse cerca de un arquero que no le gusta salir a cortar centros, confió en la capacidad defensiva de sus jugadores de campo que esta vez no fallaron. Y los resultados están a la vista. Los cambios reforzaron la estrategia a emplear y dejaron bien en claro a qué iba a jugar el equipo hasta que termine el partido: Re, Goñi y Auzqui a la cancha por Correa (de gran segundo tiempo, muy bueno), Vera (goleador que aparece en los grandes partidos, clave si los hay) y Cerutti (lo dijimos, muy desequilibrante en la primera etapa). Mas allá de que al hincha le genere nerviosismo ver que el equipo se retrasa, que tiene poco la pelota, que el rival va y va constantemente, hoy, reflexivamente, podemos decir que la decisión fue la correcta: con una defensa solida, un rival nervioso porque no era su mejor día y un trajín que no permitía sostener las formas de la etapa inicial, construir un muro delante del arco fue una decisión acertada. Y Pellegrino la tomó. Como muchas otras, como por ejemplo, sostener a los juveniles, sobre quienes ha hecho un trabajo brillante, un trabajo de docencia que ya dio algunos réditos económicos, que no serán los primeros y que, ojala, también sean la causa de próximos réditos futbolísticos. También cambió cuando se dio cuenta de que su 4-2-3-1 valenciano no cabía en el plantel que había comenzado a dirigir de este lado del mundo. Eso lo hace pragmático. Y ayer fue más pragmático que nunca. Cambio de un tiempo a otro y se acercó tanto a la victoria que la consiguió.

Punto y aparte. Porque este tema que desarrollaremos a continuación merece un párrafo aparte. Todavía existen seres humanos que pretenden que el rival juegue de la manera que a ellos mejor les gusta para, así, poder ganar cómodamente. “Estudiantes no juega al futbol, practica otro deporte” “Estudiantes se defendió todo el segundo tiempo, no atacó” “Se dedicaron a destruir que es más fácil que crear”. Lo cierto es que Estudiantes de La Plata ayer dio una clase de ataque en el primer tiempo y una de defensa en el segundo. Si hubiera entrado la de Correa o la de Auzqui, mencionaríamos un seminario de contraataque también, pero bueno, será el punto a corregir, entre muchos otros. Si, Estudiantes de La Plata se defendió todo el segundo tiempo… ¿Y? ¿Está prohibido? Ah no, no les gusta que el rival defienda…es precisamente por eso que el rival lo hace mi estimado asno. En fin, es una discusión larga que seguiremos dando.

Solo 12 puntos quedan en juego. Estudiantes cosecha 26 hasta el momento. El objetivo seguramente será igualar o mejorar lo hecho el torneo pasado (32 puntos). Si Pellegrino sigue por la línea del pragmatismo, como lo viene haciendo, y los rendimientos individuales son cada partido más sólidos, el futuro es alentador. Por mas planteos Sabellianos longaniza.

7 Abrazos!






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