Ruido. Este mundo está lleno de
ruido. Nadie sabe muy bien para que, ni porque, pero…Ruido. Los micrófonos de
las radios están saturados de palabras, de sabios iluminados que discuten
verdades, que nos proponen hacer aquello que ellos no harían ni soñando. Ruido.
Generalmente, la palabra líder está
asociada a aquél que lleva la voz cantante dentro de un grupo de gente, ese que
sale a dar la cara ante el resto de la civilización y defiende a los suyos a
como dé lugar, porque esa es su función. Sucede que muchos solo se quedan allí,
en palabras, y no llevan a la práctica ese liderazgo, pasando a ser voceros. El
líder antes que con la palabra, habla con la piel, con el alma, con la sangre y
el sudor de su frente.
Definitivamente, y no está mal
que así sea, muchos líderes necesitan verbalizar aquello que piensan y hacen,
porque también, es una manera de transmitir a los que vienen detrás cual es el
camino correcto.
Pero están los otros. Esos tipos
que parece que no están. Pero están siempre. Esos que no dicen nada. Pero hacen
todo. Un líder silencioso no es menos líder, al contrario: es tan claro con sus
actos que no le hace falta hablar, no necesita que lo escuchen para saber lo
que piensa, necesita que lo vean actuar. Al fin y al cabo, a las palabras se
las lleva el viento o algo parecido al olvido. Las acciones quedan grabadas en
la memoria de la gente, marcan un antes
y un después, son capaces de transformar la realidad.
Como no podía ser de otra manera,
llegó en silencio. Y así, permaneció todos estos años. Porque no hay nada para
decir. Todo se hace. Si quieren saber que opina, vayan y véanlo, no hay más que
eso señores, no se necesita una conferencia de prensa, con verlo por la banda
izquierda, o la derecha, o por el medio, o donde el equipo sea que lo necesite,
él esta. Siempre esta. Porque los lideres siempre están, no hay que llamarlos,
no hay que pedirles nada. Están.
De esta manera, logró marcar a fuego su nombre en nuestra
hermosa historia. Se ganó un lugar en el corazón de todo hincha de Estudiantes
de La Plata. Haciendo lo que tenía que hacer. No hizo falta explicarle nada, si
parecía que se había criado en el Parque Saavedra y no en el Parque
Independencia. Pero no, el es leproso, o, como humildemente me permito llamarlo,
un León con Lepra en la sangre.
Nunca está de más agradecer y
esta es una buena oportunidad querido Germán Ré. Todos los hinchas de
Estudiantes de La Plata te acompañamos en este y en todos los momentos gratos y
de los otros que te toquen pasar, porque así somos, así es nuestra familia
pincharrata. Lo mejor colorado, guerrero, soldado de mil batallas, obrero
indispensable para construir una de las hazañas más memorables de nuestra
historia, aquella que nuevamente nos llevó a tocar el cielo con las manos,
donde volvimos a ser LA GLORIA. Gracias por tu temple, por tu corazón, tu
coraje y determinación. Gracias por no guardarte nada. Por todas las patadas
que había que dar y diste, gracias por eso también, acá se valora todo. Cuando quieras
acordarte, vas a estar nuevamente dentro de una cancha, a donde a vos te gusta
hablar. Nosotros, desde la tribuna, juntaremos nuestras manos, las haremos
sonar lo más fuerte que se pueda y haremos que el ruido valga la pena. Al fin y
al cabo servirá para devolver tanto silencio demoledor, tanto hacer.
El Mineirao enmudeció, quizás porque
no se pueda decir nada ante un Héroe del silencio.
7 abrazos!
No hay comentarios.:
Publicar un comentario