“Solo y sin otro de su especie”
Los ídolos. Esas personas con una
estrella especial. Tipos que nacen bendecidos por el todopoderoso.
Generalmente, crean un lazo
afectivo muy estrecho con su primer club, ese que los vio nacer, que los educo
y los catapulto al irremediable éxito. Aunque hay otros casos, en donde estos
jugadores, desarrollan un afecto especial por un club distinto al primero:
quizá porque es allí donde son realmente reconocidos o porque en ese sitio es
donde consiguieron trascender.
La carrera de estos muchachos,
los lleva hacia diferentes lugares (casi siempre Europa), y es desde allí,
donde la ilusión del hincha comienza a crecer, soñando un retorno lleno de
gloria.
Definitivamente, los casos que
podemos citar nos llevan a concluir que nada es lineal: hay múltiples factores
que se introducen en la vida de estos seres y hacen, del desenlace del tan
ansiado retorno al primer amor, una verdadera incógnita.
Hay jugadores que regresan al
club que los vio nacer, luego de una larga inactividad, producto de una depresión
aguda, que los lleva a replantearse cuestiones mas profundas que el futbol.
Gracias a una genética envidiable, se calzan los cortos, vincha en la cabeza,
cinta de capitán y terminan siendo figura de su equipo…que termina descendiendo,
escribiendo la pagina mas brutal en la historia de la institución. Como si esto
fuera poco, el ídolo se saca los cortos, se pone su mejor pilcha, arma un
cuerpo técnico (con manosanta incluido) y su querido club asciende: no gracias
a él, sino a pesar de él.
También, podemos decir, que
existen casos en lo cuales, el afamado futbolista regresa al lugar de partida,
con una edad cronológica que nada tiene que ver con su condición física:
regresa joven, con experiencia, después de haber sido parte del mejor equipo de
toda la historia. El pequeño, pero no por eso menos importante detalle que
debemos señalar, es que el ídolo, en este caso, regresa con sus rodillas en
pésimo estado: no se sabe si es por las lesiones que tuvo o por el exceso de
banco soportado en su estadía europea. El futbol lo deja a él y no él al
futbol.
No podemos olvidarnos de
historias aun más tristes (en todo sentido). Hay ídolos, y pido permiso para
utilizar esta palabra, no se si este párrafo es merecedor de tamaña palabra…ha
decir verdad, estoy seguro que no, pero permítanme su utilización: será más
ilustrativa a los efectos de tomar dimensión del asunto. Decía, que hay
“ídolos” que regresan demasiado tarde a su supuesto querido club, cuando ya no
hay mas nada que hacer, cuando el descenso deportivo e institucional esta
sentenciado y solo resta contemplar el ocaso. La estrella opto por coleccionar
triunfos en otros lares, mirando de reojo la situación traumática de club de
sus amores…o desamores.
Por ultimo, nos queda el caso,
para quien escribe, más sorprendente. Hay ídolos que ganan todo con su club, se
van de gira por Europa y, tras pelearse en todos y cada uno de los lugares en
donde participa, regresa a su casa, donde es patrón y sota, dueño absoluto del
lugar. Sucede que se encuentra con otro ídolo, mantiene un enfrentamiento
visiblemente insalvable con éste y logra quedarse con el cetro, a causa de que su
rival decide colgar los botines. No contento con eso, ahora es el DT su
enemigo. Divide el plantel, declara hipócritamente, con un cinismo demencial.
Mientras tanto los hinchas, sus hinchas, lo siguen idolatrando, no se dan
cuenta que sin él en cancha, el equipo es notablemente mejor…es equipo. Como
para darle un broche de oro a su carrera (que incluye renuncias al
seleccionado), el sujeto decide culminar su obra anunciando su alejamiento del
club unas horas antes de disputar la final de la Copa Libertadores de America,
poniendo sus intereses personales por encima del objetivo grupal. Lo que se
dice, un líder positivo, ¿no? Lo más asombroso del asunto es que los hinchas,
sus hinchas, todavía no se enteraron, o no quieren enterarse, quien sabe.
Todos sabemos que las
comparaciones son odiosas, que nos llevan a tomar partido, elegir
necesariamente una vereda…pero hay situaciones en las cuales uno no puede
comparar: la comparación existe en tanto tengamos dos o más escenarios
comparables, dos realidades que se encuentran y nos interpelan para que
decidamos cual es la mejor…
Con los ídolos pasa algo
parecido, los comparamos y a partir de allí, decidimos elegir al mejor…
Después de haber hecho un repaso
por la vida de algunos de estos ídolos, llego a la terrible conclusión que mi
ídolo no es el mejor, por una simple razón: no es comparable. Vuelve joven,
entero, con hambre de gloria, vigoroso y humilde, porque sabe que solo no podrá
conseguir nada. Promete un regreso impensado y cumple. Se pone la cinta de
capitán y la lleva con orgullo dentro y fuera de la cancha. Gana las estrellas
que se propone, porque logra conformar una gran familia a su alrededor.
Juan Sebastian Veron no es el
mejor…Juan Sebastian Veron es el único.
¡A la orden mi capitán!
7 abrazos.
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