Otra vez. Ese sentimiento de
nuevo. Aparece por estas horas y se mantiene. Omnipresente. Tiene ese sabor
agridulce de saber que hay una parte nuestra que quiere una cosa, pero hay otra
parte que acepta una decisión tomada por una persona que cuando toma decisiones
es por algo infinitamente meditado.
Pero uno no se resiste a creer
que el domingo próximo llegara ese día que nadie nunca jamás quiso que llegue:
el día del retiro, de la colgada de botines, del último sorteo de capitanes,
del último “Bruja Bruja” con palmas levantadas incluidas.
El egoísmo aparece, brutal y
penetrante, nos moviliza a pedirle mas a una persona (aunque no estoy muy
seguro que sea una persona, creo que la ciencia deberá revisar la clasificación
antropológica, no puede ser que estemos hablando de un simple mortal…de hecho
aseguro que no estamos hablando de un simple mortal) que ya ha dado todo lo que
prometió que nos iba a dar y mas, siempre mas.
Sucede que uno ve el partido de
hoy, revisa los rendimientos individuales y…si…otra vez…la figura es EL. Figura
sin discusión, sin pelear la medalla dorada con nadie. Pinceladas o escobazos
por acá, escobazos por allá, marca, carácter, temple…en fin.
Entonces nuestro amigo viene, se
posa sobre nuestro hombro cual diablito de todo dibujito animado que presenta
ese tremendo escenario dilemático de lo que esta bien y lo que esta mal, y nos
dice: “vez, le sobra para seguir…gritale! Gritale que la estire seis meses mas!
Dale”…y uno grita y no sabe muy bien porque grita, o si sabe, pero interiormente
hay algo que no lo deja todo lo cómodo que desearía: no tenemos derecho a
pedirle nada, ni seis meses, ni dos minutos ni nada más. Nos ha dado los
mejores años de su futbol, nos devolvió a ese lugar que alguna vez mi viejo me contó
que un tal Zubeldia nos había llevado, nos rescato de lo mas profundo de la
mediocridad y hoy decide poner punto final a esta etapa. Merecido lo tenés
Sebastian. Ojala la vida te devuelva algo de todo lo que nos has dado.
Lo que pasa es que este
muchachito (empleado caracterizado para algunos que todavía piensan que la
sabiduría la dan los años y no los actos, pobres ellos) sigue rompiéndola.
Hermano afloja! No nos vas a dejar otra alternativa que pedirte todos los días
que te quedes.
De todas maneras, hay un punto en
el que nos estamos equivocando.
Al finalizar el partido el grito
de guerra fue “la Bruja
no se va, la Bruja
no se va”…
Sin dudas que no se va, eso no
hay que pedirlo, nunca se irá a ninguna parte porque no puede irse de si mismo:
uno tiene la eterna responsabilidad de cargar con uno mismo para toda la vida.
Y decir Veron es decir Estudiantes de La Plata , por tanto, nunca podrá irse de eso que es.
Veron es Estudiantes.
Cuentan que en su más extrema
soledad la pelota ha empezado a lagrimear.
7 Abrazos!
manu ecelente como siempre y la bruja no se va...............gracias bruja
ResponderBorrarcharly