Podríamos detenernos en el rendimiento individual de los jugadores, para volver, por enésima vez, a repetir las mismas observaciones de antaño: falta de concentración, desorientación, nerviosismo, nula imaginación e impronta, desconfianza.
Podríamos, pero sería continuar girando en una calesita que no para, y que siempre nos lleva al mismo lugar: la derrota.
Entonces, dejaremos de lado esto de describir bajos desempeños personales para centrarnos en lo que realmente preocupa y cada vez más.
En el día de ayer Estudiantes de La Plata comenzó a perder el partido cuando se pego la tan famosa planilla que oficializa a los once titulares. Desde ese momento, comenzó a edificarse o, mejor dicho, a desmoronarse la cuestión.
El cuerpo técnico decidió cambiar estrepitosa e inexplicablemente el esquema, en tanto decidió incluir apellidos en la nomina inicial que no están preparados para cumplir eficientemente las funciones encomendadas: un Chino Benítez tirado a la banda izquierda (función que no desarrolla hace ya tiempo, pues fue corriendo su juego al centro para erigirse como el reemplazante “natural” de Veron), un Matías Sánchez que nunca supo si jugaba de mediocampista derecho, doble cinco o lateral derecho “bis”. Realmente no se entiende la exclusión de Domínguez, la decisión que Mercado (de lo poco que se rescata y hasta ahí nomás) retroceda posicionalmente respecto al partido contra Argentinos o la ya antes mencionada y criticada elección de sentar en el banco a La Gata Fernández y con él, al poco futbol inteligente y fino que puede tener este conjunto de jugadores (equipo no es hace rato).
Si a esto le sumamos que Coria todavía no se enteró que lo habilitaron, que el Chavo sigue en un nivel brutal, que Sarulyte se sumo al desconcierto general…la cosa se pone brava.
Solo podemos rescatar la aparición de Agustín Silva: lo dijimos hace un tiempo en este mismo espacio que merece una oportunidad, ayer demostró personalidad y aptitud. Y, por supuesto descontado es esto, la entrega del descomunal Rodrigo Braña.
Es alarmante la falta de norte. No hay una idea de juego, una manera de hacer las cosas, nada. El equipo viene de una ajustadísima victoria y el técnico lejos de cambiar lo mínimo indispensable, transforma al equipo en un puñado de muchachos mal situados en el campo de juego.
Ver a estos jugadores, muchos de ellos glorias eternas de nuestro amado club, jugar de esta manera genera cuanto menos tristeza. Nos traslada a los peores momentos de la nefasta década del noventa. Un equipo que se para en la cancha “a ver que pasa”, cuando, de un tiempo a esta parte, estábamos acostumbrados a ver a un equipo que hacia de la iniciativa un arma letal.
Pero no todo esta perdido. Desde aquí, seguimos sosteniendo que material hay. Aunque, evidentemente el mensaje del técnico no les llega a los jugadores.
No creemos que sea momento de que el técnico se baje del barco: primero porque no hay un reemplazante “numero puesto” y segundo porque esta comisión directiva ya no tiene el tiempo de tomar decisiones. Lo mejor sería que el camino quede allanado para que el próximo presidente y su equipo de trabajo decida ratificar o no en el cargo a Russo.
Afortunadamente este sábado los socios tendremos la oportunidad de elegir qué club queremos, con lo cual, a partir del domingo todos debemos (si es una obligación) unirnos y tirar para el mismo lado, hacia un mismo sentido, el que nos deposite nuevamente en el lugar que nunca debimos abandonar, ese lugar que habíamos dejado olvidado y al que la Bruja y sus aliados nos devolvieron.
Desde el domingo Estudiantes de La Plata debe retomar el camino que lo lleve hacia la gloria.
“Adelante Estudiantes Adelante”
7 Abrazos.
Coincido con tu análisis, ayer cuando escuche la formación inicial me sorprendió mucho. Para mi con lo que venia haciendo Matías Sanchez no estaba para jugar de entrada como también me saca que no juegue la gata de entrada. Sobretodo porque se noto una pequeña diferencia cuando entró.
ResponderBorrarEstaba tratándome de acordar cuando fue la ultima vez que vi a un Estudiantes tan desorientado de forma tan consecutiva.
Mi memoria me llevo al mes previo de la llegada de Bilardo en 2003. De antes no puedo hablar porque fue recién a principios de 2004, cuando yo empece a hacer deporte que empece a mirar y seguir a ni querido Estudiantes (cosas difícil de explicar en el colegio viviendo en Capital federal)
abrazo
pd: tal vez ya comente acá con mi otro cuenta de google como Gabriela asecas, por la facultad me tuve que hacer una cuenta con mi nombre normal
excelente tu editorial
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