jueves, 3 de febrero de 2011

No merecía este final

Llegó en silencio. Sin pergaminos ni demasiada confianza por parte del hincha. Llegó convencido que podía…y vaya que pudo. Regresó a su segunda casa y siempre remarcó los valores que incorporó haya lejos por la década del 80. Trajo toda la humildad con la que hoy nos dice adiós. En poco tiempo ahuyentó todos y cada uno de los fantasmas de la inexperiencia como cabeza de grupo. Se animó a derramar frases antológicas que quedarán en la memoria de todo pincha (“la ciudad esta en orden”). Mostró y demostró que la seriedad de su voz y la pausa de sus dichos no eran solo eso, sino que su proceder también era serio y pausado, más seguro que pausado. Armó un grupo de trabajo excepcional, de primer nivel, que le supo dar a los jugadores lo que éstos necesitaban para alcanzar la gloria tan lejana hace algunos años. Pudo formar parte del famoso cuadrito del que tanto habló desde su llegada, se pudo posicionar a la misma altura, o solo un poquito debajo, del mejor entrenador de todos los tiempos (Don Osvaldo).
            Hizo todo eso y más. Supo sacarle agua a las piedras cuando no había ni siquiera piedras. Invento un sistema de juego con lo que tenía y obtuvo su merecida recompensa.
            Todos sabíamos desde ayer que esto había terminado. Porque Sabella es así. Porque los caballero cuando renuncian, renuncian. Porque solo un hombre respetuoso de los colores albirrojos como él les da a los muchachos de saco y corbata la chance que no se merecen para convencerlo de algo que no iba a pasar. Y no por ellos, les dio la oportunidad por la gente, por Estudiantes, por la mística, por los jugadores, por el cuerpo técnico. Por que el que se va no es cualquier muchachito que ganó un torneo y se nubló de fama. Se va un SEÑOR, con todas las letras bien puestas. Un hombre digno y ubicado siempre en la vereda del trabajo, de la seriedad, la humildad y el respeto.
            Los hinchas nunca olvidaremos lo que nos hizo vivir en estos 23 hermosos meses y tenemos la convicción que esto será un hasta luego, nunca un hasta nunca. Porque Sabella es una parte de la historia grande, gigante, gloriosa y sublime de nuestro querido club.
            No merecía este final. Ni él, ni sus compañeros de grupo, ni sus dirigidos, ni nosotros los hinchas. Pero parece que hay cosas que colmaron su eterna paciencia. Nunca sabremos los verdaderos motivos, o peor, estarán desfilando como tantos otros que serán inventos absurdos y malintencionados.
            Habrá que analizar fríamente las razones y hacer una fuerte autocrítica. No son personas comparables, pero no es casualidad que las salidas de Merlo, Burruchaga, Simeone y Sabella estén teñidas de tantas dudas. No deberían pasar estas cosas en una institución que pretende trascender a nivel mundial. Pero esta pasando.
            Por ultimó, aparece la melancolía de lo vivido, la tristeza por esta realidad que sorprendió y golpeó muy profundo a la familia albirroja.
            Hoy mas que nunca cabe la frase “Gracias por Tanto…perdón por tan poco”.
            Es un hasta luego que duele, lastima el corazón. Pero hay que seguir. Sabella así lo pensaría en nuestro lugar.
            Eternamente Gracias Alejandro…y solo HASTA PRONTO.

7 Abrazos.

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