Un día interminable. Precioso. Inolvidable para cualquier pincha. Empezamos allá cerca del nuestro camino a esa bendita (desde ayer) cancha de Quilmes. Con muchos nervios, los mismos que mostraron los muchachos en el primer tiempo: intentaban desesperadamente el gol tranquilizador, pero en frente tenían un rival muy complicado e incentivado, por que no decirlo.
Definitivamente Estudiantes de La Plata es especial. Quiero decir que no gana la edición 49 de la Copa Libertadores , ni la 51, gana la 50…no gana cualquier campeonato local, gana el Campeonato del Bicentenario del país (si Alejandro hoy mas que nunca somos Estudiantes de La Patria)…no gana con un nueve de área que meta 12 goles, hacen goles hasta los utileros…
Definitivamente este plantel se le rió en la cara a los sabios de la tribuna que se quejaban “no se puede salir campeón sin un 9 de área”…Así que no se puede señores? Claro que no se puede…por eso Leandro González se mató los primeros partidos, por eso el León Fernández (Gata te queda chico a esta altura) se disfrazo de tanque (que no silva, ruge)…por eso señores apareció “el nueve”…el que todos esperábamos, el que se rompió el alma para recuperarse…definió el partido mas importante de todos, como solo los goleadores lo hacen, con la frialdad que tiene el asesino para decapitar a su victima sin piedad ni compasión Hernán Rodrigo López hizo explotar a la multitud sedienta de la tan esperada estrella numero 11.
Una campaña impecable la del flamante Campeón: 45 puntos, solo 2 derrotas, vaya menos vencida, holgado primer puesto en la general…Brutal…
Sin dudas, este torneo lo ganan los gladiadores que entran a la cancha, pero debemos reconocer la capacidad para reinventar a un plantel golpeado que tuvo el mejor cuerpo técnico del futbol argentino: Sabella, Camino, Gugnali, el Profe Blanco y todos los que forman parte de ese enorme grupo demostraron nuevamente que cuando la meta es la gloria nada importa…no se declararon jamás vencidos aunque mil veces en la lucha cayeron, levantaron a la Bestia y aquí tienen su recompensa: en estas horas están terminando de acomodar una nueva estrella en el cielo pincharrata.
Decirle GRACIAS a estos jugadores sería quedarse corto. No se han inventado aún las palabras justas para un tipo como Orión que terminó el partido y era un hincha más, para Mercado que llegó se acomodó y brillo en el ultimo partido, para el pichón de crack que es Federico Fernández, para el GRAN Chavo y su innegociable amor por la camiseta, para un silencioso pilar del fondo como German Re, para un Marcos Rojo que no se fue y ya lo extrañamos y deseamos su vuelta. La Real academia Española esta desesperada, porque un tipo como Braña desprestigia su imagen: si uno busca la definición del Chapu en su pagina Web ésta se declara incompetente, no puede entender como se puede correr tanto, jugar tanto, rugir tanto…ni hablemos de encontrar una palabra para definir la pegada del Chino o una definición exacta de la posición en que juega Gastón Fernández (ya se lo dijimos juega de hacer goles importantes…ayer no lo hizo, pero hizo todo para desorientar al arquero rival…para mi es tuyo Gata…perdón León). El caso de Rodrigo López es tema candente en cualquier reunión de literarios: ni el más despierto pudo escribir una novela tan perfecta para una persona que lucha y consigue su premio en el momento más necesario.
Pero lo que realmente no entienden los extraños es como una estrella del futbol mundial, que brilla con luz propia y es buscado por los mas poderosos sigue corriendo detrás de un sueño utópico (para ellos), detrás de una y otra copa hasta que las consigue, las hace suyas y observa como el globo se debe rendir inexorablemente a sus pies. Gracias Sebastián…por volver, por el mensaje admirable que le das a una juventud que te ama e idolatra, por ser el primero que llega al country para entrenar y el ultimo en irse, por apoyar a las divisiones inferiores, por tus hechizos hechos futbol…por representar al hincha de Estudiantes de La Plata dentro y fuera de la cancha con el amor con que lo haces.
Una nueva estrella…una mas…pero no es cualquiera…es la 11, número emblemático si los hay para que la mística se mantenga viva y los líricos sigan atragantados de dolor.
El rastrojero llegó…sabíamos que iba a llegar…estos Gigantes no nos dejan nunca en banda…mantienen bien alto nuestros colores, nuestra bandera roja y blanca…
Y arriba…arriba están como locos: el Ruso se abraza con Mangano, Manera se les tira en cima mientras descorchan un champagne…a un costado está ÉL…silencioso, alegre, rozagante de victoria…el médico le había dicho que no estaba para estos trotes, pero a Él no le importó, el equipo lo necesitaba y el zorro los guío hacia el camino de la gloria, una vez más, como ayer, como hoy, como siempre…y se lo habíamos anticipado…si juega Don Osvaldo es afano…
7 Abrazos
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