Era ayer. No antes. Quizá también en lo sucesivo. Pero era ayer. Lo necesitábamos, y él se presentó a la cita, puntual y sublime, soberbio como sólo él puede aparecer.
La noche quilmeña, la tan denostada noche quilmeña, tuvo el lujo de ver cómo aquello de “capitán, genio y figura” se materializaba en una sola persona, en un solo mortal, aunque sinceramente cada vez me cuesta más pensar que pertenece a nuestra raza: creo que la ciencia todavía no descubrió a que especie corresponde este ser mágico, inigualable y, lamentablemente para nosotros, irrepetible.
Verón ayer jugó el mejor partido del campeonato (por ahora, no nos conformemos ni subestimemos su capacidad de, cada día, ser un poquito más magnífico). Manejó el partido de verdad, como solo los predestinados a trascender lo pueden hacer.
Perdí la cuenta de la cantidad de pases “toma y hacelo” que les entregó a sus compañeros. Pases delicioso, exquisitos, finos, penetrantes, destructivos, asesinos. Cuchillazos mortales en la oscuridad de la noche que sentenciaron un triunfo claro y definitivo.
Sólo recordemos la caricia (porque una cosa es un pase común y silvestre y otra muy distinta y distante es un pase de Verón) para que Enzo (esta haciendo todo para triunfar a lo grande) decrete el dos a cero: un puñal…un flechazo al medio del blanco.
La descollante actuación de Sebastian fue muy bien acompañada por el equipo, debemos ser justos con esto. Quizá lo mas flojo estuvo por el lado de Roncaglia (no termina de meterse en sintonía), Hoyos (es pibe, tenemos que saber esperar los momentos), Benítez (no entró demasiado bien) y, asombrosamente, el Gran Chapu: los últimos dos partidos del tremendo volante central fueron de los mas flojos desde su arribo a Estudiantes de La Plata , pero ¿alguien puede tener la cara tan dura como para recriminarle algo? Por favor…Braña puede jugar más o menos (tampoco fue un desastre) de aquí a la eternidad que será amado e idolatrado por quien escribe y, supongo, por el pueblo albirrojo en su conjunto. Miren si serán la dupla perfecta, que Verón juega su mejor partido el día que el Chapu juega su partido más flojo: como diciendo “bueno enano, esta vez deja que juego yo, pero la próxima fecha volvemos al ruedo juntos”. Correctos estuvieron Orión, Rojo y Mercado; la gata corrió, metió y tuvo opciones claras de gol, pero no era su noche. De todos modos, destaquemos esto: las ocasiones estuvieron, el gol llegará en el momento justo como Gastón nos tiene acostumbrados.
Nuevamente Enzo marcó la diferencia. Cuenta con una velocidad y una explosión, dignos de un corredor de cien metros llanos, sumado a una técnica finísima. Tuvo una en el primer tiempo que picó por encima del arquero y se fue por muy poco, disfrazándose de un definidor de toda la vida... ¿qué decir del gol que convirtió?...si algo podía complementar tamaña caricia era esa gambeta al arquero, dejándolo afuera de la foto.
Por último, quisiera destacar la labor de dos BESTIAS del fondo…Federico Fernández, señoras y señores, es un pichón de crack: ordena, juega, se muestra siempre como salida para el portero. Un líder, sin dudas, que parece perderemos pronto (ojala pueda jugar hasta junio). Germán Re es un Señor jugador: el amigo callado de todo grupo, tan necesario e imprescindible como lo es el jodón, hace un trabajo brillante, una silenciosa labor de hormiga que termina explotando ruidosamente en las palmas del hincha.
El partido comenzó difícil pero se encaminó gracias al gol tempranero de Mercado. De cualquier manera, fue inútil que el rival intente reaccionar…era SU noche y, cuando eso pasa, no hay remedio, pócima o huracán en el mundo que logre derribar sus brujerías hechas fútbol.
EXCELENTE!! COMO SIEMPRE, VEMOS LO MISMO..
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