Bueno ya está. Se pusieron contentos los periodistas capitalinos (algún muchachito de por acá también, hay que decirlo). Esbozó una sonrisa cierto Director Técnico que se ha quedado sin trabajo por estas horas, lo cual repudiamos y lamentamos, ya que esperábamos ser nosotros los afortunados de dejarlo en tal situación, allá por la anteúltima fecha. Por supuesto los primitos descorcharon algún Michel Torino (tampoco les da para algo mas). Ya está. Estudiantes de La Plata ha perdido. Nada más. Nada menos. Perdió bien. No hay que ser necios: si hay algo importante en las derrotas es ser autocrítico y detectar aquellas cosas que hay que mejorar. Pero no hay que enloquecerse en esa búsqueda de limitaciones, la tranquilidad debe ser nuestra mejor aliada. Ahora hay que esperar. Veremos que pasa con los perseguidores, que tienen la oportunidad de demostrar que pueden alcanzar al equipo de Alejandro.
Por fortuna no se hablará demasiado del partido en los medios porque el “superclásico” se llevará todos los honores seguramente. Sin dudas aparecerán los muchachos de siempre que, agazapados cobardemente, entrarán a la escena para criticar destructivamente.
Desde este espacio elegimos adoptar otra posición: no tenemos la autoridad para señalar los defectos de nuestros muchachos, para eso esta el mejor cuerpo técnico que Estudiantes de La Plata puede tener. Queremos respetar a este grupo de trabajo que día a día deja todo lo que tiene para que nuestro querido club se mantenga en los más altos niveles del globo.
Sintetizando, no vamos a hacer leña del árbol caído…simplemente porque no se cayó ningún árbol.
7 Abrazos.
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