El centro vino cerrado, y hubiera sigo gol olímpico si
Trípodi no anteponía sus manos al grito de la popular, y la mandaba,
nuevamente, al tiro de esquina, pero ahora, desde la izquierda. La gata corrió,
presuroso, a ejecutarlo, mientras tanto, el Chino se hacia el tonto detrás de
todos. La pelota le cayó al de Berisso como una bendición: Benítez impactó la
pelota con su pie zurdo, pero ahí estaba el arquero de Quilmes, otra vez,
aunque en esta ocasión el rebote fue inevitable y Duvan nos hizo delirar en el
último suspiro, bien a lo Estudiantes de La Plata.
Empezamos por el final, porque es lo más importante en este
y en todos los juegos que se hayan inventado: se ganó un partido fundamental,
en un estadio en donde supimos conseguir grandes victorias, pero que,
últimamente, nos traía más dolores de cabeza que alegrías.
Lo cierto es que Estudiantes de La Plata comenzó ganando, se lo
empataron, lo pudo perder y lo terminó ganando. Así de frenético, así de
cambiante.
Después de un primer tiempo parejo, sin claras situaciones
de gol para ninguno de los equipos, pero con un dominio territorial evidente de
Estudiantes de La Plata
(que no garantiza absolutamente nada, seamos justos con esto: gana el que hace
mas goles, no el que tiene mas tiempo la pelota o se para mas lejos de su
arquero), el segundo tiempo nos mostró un equipo que junto sus líneas, y llegó
a abrir el marcador gracias a una conexión que debe ser el camino a seguir:
lateral desde la izquierda, Román de espaldas y de primera (como juegan los que
de esto entienden un poco mas que la media general) se la pasa a Gastón
Fernández; la gata (lúcido, como en pocos pasajes del partido, no fue la mejor
producción de Gastón) abre hacia la derecha, asistiendo a Jara (buen segundo
tiempo) que tira un centro atrás delicioso, para que Martínez (recordemos,
había comenzado la jugada) la ponga allá arriba, a donde no llega ni Trípodi,
ni todos los hinchas de Quilmes juntos…golazo.
Luego llega el cambio que nadie entendió (o por lo menos
quien escribe, perdón por la generalización): afuera Jara, visiblemente
cansado, adentro Alayes. El cambio no sólo es inentendible por los actores
involucrados, sino por todo lo que generó a la postre: el mismo Leandro
Desábato lo dijo minutos después de concluido el partido “hubo unos minutos que
no sabía de que estaba jugando, nos desordenamos y nos empataron” (palabras
mas, palabras menos). Que Jara estaba para salir no se discute, lo que todavía
no se entiende es la elección del que ingresa,
y no por que sea Alayes, no tenemos nada contra el flaco, sino contra la
decisión de un técnico que mandó a Re (de discreto partido como zaguero
izquierdo) a la derecha, cerró a Shunke (el mejor de la defensa, para los que
decían que ya nos estábamos reforzando para la B , a veces me pregunto cuanto dejaría de hablar
la gente si se cobrara por decir pavadas), mando a Alayes de lateral izquierdo
(si, están leyendo bien, de tres) y retrasó a Iberbia ( de buen partido) para
que juegue de no se qué…en ese contexto es lógico que Desábato se haya perdido,
como todos sus compañeros y por eso, y porque todo el equipo se retrasó, un
poco por la tendencia actual de abrir el marcador y esperar que el rival salga
para matarlo de contra (lo cual suena razonable), otro poco por el mensaje
(indescifrable) del cuerpo técnico, Quilmes llegó al empate en una jugada
sucia, producto de un equipo que atacaba como podía, y otro que defendía
también como le salía…
Antes del empate, hay que decir que Estudiantes estuvo muy
cerca de liquidar el partido, pero Gastón Fernández desperdició la oportunidad:
quedó mano a mano contra el arquero e intentó cruzar el remate, pero el disparo
murió en las manos de Trípodi. También Duvan (que pide a gritos la titularidad)
pudo marcar tras una arremetida que no pudo culminar en gol.
Luego del empate, Quilmes pudo haberlo ganado: un centro
desde la izquierda desfiló plácidamente por toda el área local sin que nadie la
empuje, afortunademante, hacia adentro del arco del cada vez más sólido Justo
Villar.
El final es conocido, los tres puntos quedaron en casa, pero
esto (como bien dijo el chavo) no debe ocultar los errores que se cometieron:
esperamos que se haga una buena lectura de lo sucedido (como ya Cagna ha
demostrado que sabe hacer) para poder mejorar y consolidar a un equipo en formación,
que sabe a lo que juega, al cual no le sobra nada, pero tampoco es menos que
nadie…ganando siempre es mas fácil.
7 abrazos!
¡¡EXCELENTE COMENTARIO..!!
ResponderBorrarComo de costumbre.
Abrazo.