domingo, 22 de abril de 2012

Es hora de sumar.



El 10 de noviembre de 2011, se publicó en este espacio una nota titulada “Las 4 patas”. Hoy, luego de 5 meses, debemos continuar la antipática historia.
Pero antes de comenzar y que los conceptos nos atraviesen de tal manera de no poder frenar a tiempo, quisiera dejar en claro ciertas cuestiones.
Hay dos maneras de hacer las cosas, dos caminos, dos direcciones que todo el tiempo cualquier mortal debe elegir. Una persona puede tomar el camino fácil, el que recorta el trayecto, aquel que se ofrece radiante y tentador, ese que nos invita a juzgar y prejuzgar la realidad antes de analizarla, entenderla, debatirla. Esa misma persona, en cambio, puede ser generosa consigo misma, y hasta con la sociedad toda, si elige el camino de la reflexión, de la honestidad conceptual, de la critica brutal pero no por eso menos constructiva, el camino sin dudas mas difícil pero, a la larga (y esto es lo verdaderamente valioso), mas gratificante.
            Ponerme detrás de un teclado a defenestrar a Juan Manuel Azcozabal por la realidad que nos toca vivir, seria lo mas fácil, por lo que los invito a tomar el otro camino…les aseguro que vale la pena.
            Aquella entrada de principios de noviembre intentaba señalar la responsabilidad de cada uno de los 4 elementos que componen la cosa: dirigencia, cuerpo técnico, jugadores, hinchas.
            Y aquí debemos volver siempre, no ahora que las cosas no andan tan bien como quisiéramos, sino también cuando van bien, para mirarnos a la cara y tomar nota de cómo debemos actuar, aclarando que andar bien no es solo un resultado deportivo, es mas, diría que en ese momento es cuando debemos reflexionar y pensar si realmente ese resultado deportivo devino de la fortaleza de las cuatro patas de la mesa o si alguna, suplió las carencias de otra. Es un ejercicio crítico bastante complejo de llevar adelante, pero ese es el camino que elegimos desde aquí.
            Para entender el presente, a menudo debemos echar un vistazo al pasado, a veces mas reciente, a veces más lejano. Y es allí en donde encontramos malas decisiones, errores individuales y colectivos, incapacidad, mala administración de recursos.
            Sin dudas (y perdón por la dureza que supone no dejar abierto un espacio de duda que siempre es bueno en tanto posibilita el debate) todo comenzó a desmadrarse con la salida de Sabella: es allí donde encuentro el primer gran error (entre otros muchos errores, y otros tanto aciertos, seamos justos, lo mas posible) de las cuatro patas. Luego siguieron Berizzo y la impaciencia de la gente (incluyan a este joven exitista, pero quédense tranquilos que estoy curándome) y Russo con sus 11 incorporaciones prestadas, decisión tomada por un dirigencia que sabia que lo único que la podía salvar era el resultado deportivo
            Mas tarde, asumió la actual comisión directiva y encontró un escenario más crítico que el que muchos suponían: una deuda de 60 millones de pesos, con 21 millones olvidados en el baúl de las cosas que debemos meter debajo de la alfombra hasta estar fuera y, desde afuera, tratar de explicar lo inexplicable. Con ese panorama, se decidió ubicar como director técnico del primer equipo a un hombre muy identificado con el club, muy cercano a los jugadores, pero sin experiencia en el cargo: el Vasco Azconzabal tomo las riendas del equipo.
            Un fin de campeonato anterior aceptable y un comienzo de este certamen sin derrotas, hacia suponer que todo volvía a la normalidad, como si la normalidad de Estudiantes de La Plata sea salir campeón todos los años, como si la década del noventa no hubiese existido, como si el pos Zubeldia no haya sido real sino parte de una película de ciencia ficción. Con esto quiero decir que debemos (obligación, no hay otra salida) tener memoria y recordar que nadie nos regalo nunca nada, que todos nos costo el doble y que si salimos adelante en las bravas fue por la unión de todos los sectores y no por obra y gracias del espíritu santo. De ninguna manera quiero decir que si viene otra década del noventa penando en el mar de la mediocridad debemos quedarnos de brazos cruzados, lo que hay que hacer es revisar las cosas que se están haciendo mal para que eso no pase, teniendo bien presente que campeón es uno solo.
            En cuanto a las responsabilidades actuales, podemos decir que la dirigencia opto por un cuerpo técnico sin experiencia, probablemente sin la capacidad (hoy por hoy, y con todo el respeto que merece el Vasco y su grupo de trabajo) que el cargo amerita, pero que es barato teniendo en cuenta los números del mercado de técnicos. Podemos decir que se prioriza la economía del club, y que el siguiente paso es deshacerse de varios jugadores que cobran sueldos altísimos y no aportan en consecuencia.
            Yendo al plano futbolístico, la responsabilidad del cuerpo técnico es real, tampoco vamos a liberar de culpa y cargo al Vasco porque es un buen tipo que te hace precio porque sos conocido. Las falencias se notan más que nada en los planteos, en la estrategia (el ejemplo mas concreto fue el partido con Boca), en el armado del banco y en las variantes que realiza durante el partido (Carrillo faltando 3 minutos para terminar el partido contra Rafaela). Pero bien, debemos decir también que desde este espacio no tenemos un nombre que nos asegure todo eso que el actual cuerpo técnico no tiene, esta es una discusión que ya se ha debatido en más de una mesa pincha: ningún técnico tiene la vaca atada, nadie asegura nada, encontrar a una cabeza de grupo mejor es una tarea complicada.
            Por el lado de los jugadores, y apelando al mas profundo respeto y amor que uno siente por tipos que nos sacaron de la mediocridad y nos devolvieron la gloria, debemos decir que el armado del nuevo plantel debe traer aires nuevos. La renovación debió empezarse el semestre pasado, quizá hoy tendríamos a 2 o 3 pibes mas consolidados, mas la realidad es la que es, y depende de nosotros que sea mejor. Se tendrá que analizar cada uno de los casos y determinar quien realmente sumara en el futuro. Desde aquí no nos parece prudente comenzar a dar nombres hoy, con las cosas tan convulsionadas.
            Por ultimo, necesitamos que las cabezas de los hinchas de Estudiantes de La Plata realicen una apertura tan necesaria como superadora. Hemos vivido una época gloriosa, inolvidable, que disfrutaremos por siempre. Hoy es el momento de poner el pecho, de apoyar las buenas decisiones y mostrar el descontento pero siempre (repito, siempre) desde la buena fe, la prudencia, el respeto y la honestidad que merecen los actores involucrados. El exitismo no conduce a nada, de la misma manera que el conformismo. Debemos ser tan realistas como críticos. Como dijo un entrañable personaje: no seamos amargos.
            Esta es la situación actual, no debemos desconocerla, sino que hay que enfrentarla con todas las armas que tenemos: trabajo, humildad, dedicación, esfuerzo, solidaridad, todos conceptos bien metidos dentro de cada uno de nosotros.
            Desde aquí confiamos en que la cosa mejorará, pero para eso quizá tenga que pasar un tiempo, por eso debemos estar mas unidos que nunca, igual que cuando nos abrazábamos en 7 y 50 por alguno de los tantos logros que supimos conseguir.
            Estudiantes de La Plata necesita de las cuatro patas…empecemos a sumar a la causa.

7 Abrazos!

1 comentario:

  1. Muy buena nota Manu.
    Es así, desgraciadamente la mayoría vivi del exitismo y no le gusta la realidad. "Se es algo mientras estás allá arriba, sino no me interesa" con este tipo de pensamiento no se llega a nada, porque desgraciadamente, campeón es uno sólo, y son 20 los que buscan ese título. Muchos luchan para estar o otros para permanecer y unos pocos para ser campeón. En los últimos tiempos tuvimos la suerte de estar en este último grupo, pero cuando las cosas salen mal y bien mal barajadas, hay que saber ver el paño y reacomodarse. Repensar y fortalecernos en aquello que nos falta. Rearmarnos para volver a estar entre los que quieren ser campeón, pero no por deseo sino porque tiene todas las cualidades para serlo. Un equipo no se arma sólo por nombres, sino por forjar un grupo homogéneo, amalgamado que se cubre uno al otro, que se ayudan y colaboran entre sí. Hoy desgraciadamente no lo veo. Pero creo que tenemos material para hacerlo.

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